domingo, 4 de diciembre de 2016

Un alumno no es un nombre

Los alumnos no son simplemente un nombre y un apellido. Cada uno guarda su historia, su bagaje personal y cultural, sus preocupaciones, su vida... 

Para intentar acceder a ese mundo tan profundo y personal como es el pensamiento y todo ese universo mental que permite el aprendizaje, debemos acercarnos a su entendimiento. Para conectar con ellos y con sus múltiples realidades será fndamental saber qué les apasiona, qué les asusta, qué les conmueve, qué quieren ser, qué quieren aprender, qué les interesa... 




Un juego dinámico es "el cartero", a través de diversas preguntas rápidas podemos llegar a conocer a nuestros alumnos y hacer que se conozcan entre ellos. Estas actividades suscitan un buen clima de aula y son muy recomendables.

Un método divertido y eficaz para entrar en ese mundo interior y personal de cada alumno será la realización del TEST DE PROUST.

La leyenda cuenta que Proust como no quería perder el tiempo socializando y prefería invertirlo en escribir, pasaba un test a cada persona que conocía para asegurarse de que quería seguir conociéndola. A través de este cuestionario, ya empezamos a despertar en los alumnos la curiosidad por los escritores míticos como Proust, y además, podemos ir conociendo sus inquietudes y aficiones para dirigir las clases hacia aquello que les interesa.



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