El agente Cooper no puede trabajar por solitario
En la entrada anterior hablamos del trabajo en equipo y del nuevo horizonte que supone el mundo educativo de los proyectos. Sin embargo, los proyectos que tiendan a la integración y a la inclusión no tienen que centrarse solamente en la acción que se lleve a cabo dentro de las aulas, sino que deben trascender y proyectarse además en la sociedad externa, en el entorno educativo, en las zonas en las que los alumnos socialicen y puedan adquirir los principios de la interculturalidad de manera directa, creando un entorno cooperativo y de convivencia.
Para atender a la realidad educativa en su totalidad, hemos de tener en cuenta la acción empírica de los postulados interculturales, para ello, es necesaria la adaptación de los contenidos didácticos para que se proyecte una visión más amplia de las múltiples realidades culturales coexistentes en el aula y en los barrios en los que esta se inserta. Un gran ejemplo de esta iniciativa intercultural e inclusiva es el premio Acción Magistral que ha recibido Son Gotleu, acto que supone todo un ejemplo para la comunidad educativa en general.
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A través del proyecto “el barri educa, eduquem el barri” han puesto en marcha una acción de concienciación que ha ayudado a fomentar la educación y el respeto más allá de las aulas. Promoviendo la tolerancia, la atención a la diversidad, a la interculturalidad, al cuidado del barrio y las instalaciones públicas, el civismo, el entendimiento entre todos y todas, propiciando un entorno de armonía y convivencia. Esta iniciativa está consiguiendo cambiar la educación de muchos niños y niñas que no han tenido la suerte de vivir una vida fácil, de ayudar en la formación de familias que se encuentran con grandes dificultades, y de mejorar el barrio y el entorno en el que viven. Este proyecto se ha desarrollado mediante la programación de distintos talleres, actividades recreativas que promueven el respeto entre los alumnos y alumnas y el cuidado y la limpieza del barrio, además, se ha reivindicado una mayor presencia de los servicios públicos en la zona, se han organizado mercadillos solidarios, clases de refuerzo escolar... creo que es un ejemplo para todos y todas a la hora de enfrentar los múltiples problemas que pueden presentar un entorno determinado en la enseñanza obligatoria.
Como vemos, hemos de responder a la nueva realidad que se nos presenta hoy en día, y es que nos encontramos en un mundo globalizado y pluricultural. Hemos de cuestionar nuestra propia cultura, criticar la sociedad en la que vivimos para mejorarla, para ensanchar la integración y los valores que se mueven por acabar con la intolerancia y el racismo. Es fundamental cada vez más, considerando el mundo tan caótico en el que vivimos, la interacción y el diálogo para consolidar la armonía, enriquecernos los unos a los otros, e integrar a nuestra concepción cultural todos los elementos externos que puedan contribuir a agrandar y mejorar nuestro bagaje; un bagaje que tenemos que compartir con los demás, cuestionarlo y analizarlo.
Desgraciadamente, estamos sometidos a un sistema capitalista y que cada vez más, busca como foco el eurocentrismo y el poder económico. Para caminar hacia una sociedad más justa e integradora, conviene concienciar a la gente, y el punto de partida ha de ser la escuela como centro propulsor de cultura y valores humanos. Así pues, la formación tanto hacia profesores, alumnos y familias es un punto esencial, y supone el eslabón principal para conseguir una educación intercultural.
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