¿QUÉ ES EVALUAR?
Evaluar tiene que suponer un proceso de reflexión, de indagación, de seguimiento constante, de observación de la realidad diaria.
Hemos de ir construyendo un juicio crítico a través de la recopilación de “pistas”, de sucesos, de pequeños detalles que demuestren una evolución en los alumnos. Para llegar a la realidad de los hechos no nos basta un único método o instrumento de evaluación. Así como un auténtico detective como el agente Cooper no puede basarse en las evidencias superficiales para captar la realidad total de los acontecimientos, nosotros como profesores observadores hemos de valorar los hábitos, las actitudes y anotar todos los detalles en nuestro cuaderno de “detectives”.
Evaluar no puede ser medir, calificar y cuantificar. Sino que tenemos que contemplar las distintas realidades, valorando las diversidad de los alumnos.
En la multiplicidad de centros y contextos educativos encontramos a una cantidad desbordante de profesorado que todavía no es consciente de lo que supone la educación en una actualidad tan desbordante y caótica, no saben cómo afrentar la nueva diversidad, las nuevas realidades sociales y tecnológicas. En un mar de desconcierto y convulsión contemporáneas, parecen no encontrar las herramientas o la información necesaria para poder ayudar a los alumnos en su totalidad Maestros ejemplares como César Bona nos ha ayudado a la hora de abrir los ojos y fomentar la creatividad y la motivación en los alumnos preocupándose por saber las inquietudes de los alumnos, y explotando al máximo su imaginación para llevar a cabo todos los objetivos académicos de manera estimulante y divertida.
Los nuevos horizontes apuntan hacia el trabajo en red, el apoyo entre docentes, orientadores, relaciones entre diferentes centros... pero lo cierto es que supone un auténtico desafío.
El nuevo rol de los docentes observadores ha de contemplar la docencia, la coolaboración y la investigación, no podemos trabajar como agentes en solitario, sino extender nuestra red de contactos y apoyos, cuantos más detectives trabajen en la operación, más éxitos obtendremos. Teniendo en cuenta que nuestro reto transformador no tiene una única solución posible sino que hemos de adaptarnos a las múltiples realidades existentes y adentrarnos en una investigación constante. Además, hay que concienciar al profesorado para que se sientan también educadores y hacer que se sientan más implicados con sus alumnos, que no tengan miedo y terminen por delegar determinadas responsabilidades. El objetivo actual y el nuevo horizonte que parece señalar la educación actual responde a la necesidad de dejar atrás la “vieja escuela” y abrir paso a nuevos métodos que supongan una mayor efectividad para todos.
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